Brightburn es una película honesta, lo que para algunos podrá ser su gran virtud, para otros será su mayor defecto… y ambos grupos tienen razón.
Desde el trailer la película nos ofrece una historia de origen, en la que una pareja de granjeros estadounidenses adopta a un niño venido desde el espacio, cuya nave ha caído dentro de su propiedad. El niño crece y empieza a descubrir que tiene algunas habilidades sobrehumanas y bueno, a cualquiera le suena esta historia, no? Claro, hay dos alternativas: es una nueva versión gringa de Gokú (por suerte no lo es), o es la versión pirata de Superman. Además, el trailer nos deja muy claro que Brandon Breyer, a diferencia de Clark Kent, tiene algunas conductas “destructivas”, por llamarlas de alguna forma.
Ante esa promesa, vamos al cine seducidos por esta idea del «Superman malvado», y porque estamos seguros y seguras de que, de cualquier manera, será mejor que Superman Returns o Man of Steel.
Y lo que nos entrega el director David Yarovesky, con un presupuesto mucho más acotado, es exactamente eso, una historia que despliega el contenido del trailer, dándonos justo lo que fuimos a buscar. Nadie puede decir que lo estafaron.
Pero, por esa misma razón, vista la trama en general, la película peca de predecible. Debido a esto Brightburn puede parecer muy corta, pues quedamos a la espera de un giro que enriquezca el universo alterno que se acaba de crear, o al menos que se le otorgue una profundidad dramática al personaje principal. Esto último no parece un defecto de la dirección ni del guión, sino una apuesta que a ratos funciona muy bien, sobre todo cuando nos damos cuenta que es una película de terror, y el monstruo no está para exponer sus cavilaciones, sino para mostrar una personalidad impenetrable, como su piel. Cuestión de perspectivas y de gustos.
Dicho eso, hay que destacar que sí existe un tratamiento adecuado para Tori y Kyle Breyer, padres de Brandon, con actuaciones correctas por parte de Elizabeth Banks y David Denman, estructurados con un enfoque realista, respetuoso con el espectador que está cansado de personajes empalagosos como el de Kevin Costner en el Superman de Snyder. Olvídense también del cliché de los señores Kent de los comics, aquí vemos a una pareja de verdad, que se ama pero que discute, que no está de acuerdo a la hora de enfrentar a un adolescente al que desean ver como normal, para no lidiar con el hecho de haber adoptado en secreto a un extraterrestre, por el puro y humano egoísmo de cumplir su sueño de paternidad. Ahí está la verdadera tragedia de esta historia, ellos saben que todo lo que pase aquí será por culpa suya, pero harán lo imposible para creer otra cosa.
Como decía al inicio, Brightburn es una película honesta, que se disfruta mucho más si conoces la historia a la que hace permanente referencia, que te asustará con las posibilidades nuevas que plantea, y que vale la pena ver como una buena historia autoconclusiva, de un héroe que no fue.