El mito de la Guerra De las Galaxias
Sabemos que Star wars es algo más que una serie de películas. Algunos la consideran un icono de la cultura pop, otros una versión pulida y refinada de las antiguas sagas de ciencia ficción conocidas como “space opera”.
En realidad Star Wars, a estas alturas, ya es un mito, y como tal, nos entrega explicaciones sobre diversos aspectos de la existencia, que nosotros podemos interpretar o dejar pasar entre uno y otro sable láser.
Sabemos que el grueso de dicho material es un saqueo más o menos
explícito de la espiritualidad oriental, simplificada al máximo para que el gran público pueda comprenderla. Sabemos todo eso, y la verdad, no nos importa demasiado.
Star Wars tiene la fuerza del mito porque, aunque otras películas de ciencia ficción puedan contener mensajes más profundos o complejos (Blade Runner, Ghost in the Shell o Arrival, por nombrar sólo 3), la obra de Lucas logra ese extraño equilibro entre un producto de la industria, destinado a vender juguetes y el relato mítico heroico. Pero no nos engañemos demasiado, Star Wars es para muchos un reflejo de su infancia, y en su relato proyectamos mucho de una niñez idealizada. Es debido a esto último que los viejos fans estallan cada vez que Disney tuerce las rimas algo gastadas de Lucas, y quiebra por tanto sus expectativas de lo que una historia de Star Wars “debería ser”, según lo que nuestro niño interior anhela, mientras se niega terminantemente a crecer.
Dicha disputa es en última instancia irrelevante. Las nuevas generaciones tienen derecho a independizarse de la dinastía Skywalker y la productora ha sabido leer bien ciertos movimientos sociales que hacen imprescindible, por ejemplo, el poner a la mujer en un papel central, más allá de la dama en apuros, así como a los niños sin nombre, a los trabajadores explotados, a los animales maltratados, es decir, democratizar la Rebelión y La Fuerza, aunque sea para vendernos un par de Funko Pop más. En medio de todo esto aparece SOLO, entregándonos la historia de origen de un personaje de la trilogía original, posiblemente EL personaje, pues Han no estaba determinado por un linaje o una misión superior, era la encarnación de la libertad individual, inserta en una encrucijada histórica. Y en ese trance, el individualista, el cínico y gracioso personaje de Solo decide involucrarse, sin perder su esencia. Logra entonces, desde su humanidad, hacerse parte del mito.
Pero Lucas era el dueño de la pelota… de la pelota y de la fuerza. Así que en sus versiones remasterizadas y enchuladas decidió, entre muchos cambios cosméticos e intrascendentes, introducir uno que cualquier fan de Star Wars que se respete condena enérgicamente, porque interviene la integridad del personaje, su estructura ética. Porque si hay algo que todos tenemos claro es que HAN DISPARÓ PRIMERO.
Solo: La película
En ella se nos muestra un SOLO muy diferente al que conoceremos en Episodio IV. Nos presenta a un huérfano de buenos sentimientos, que con ingenio y una injustificada confianza en sí mismo, intenta salir adelante y cumplir su sueño de ser un gran piloto. La trama es sencilla y sin pretensiones, a ratos la dupla de Han con Chewbacca nos recuerdan alguna película de Bud Spencen y Terence Hill, o algún western de Burt Lancaster y Kirk Douglas (los más nostálgicos sabrán a lo que me refiero). El tono es quizás lo que nos queda menos claro, es decir, no entendemos si es una comedia de ladrones, una historia de desencuentros amorosos, un drama político, etc. Esto
provoca que el espectador pierda el hilo de la acción durante los primeros ¾ de la película. Seguramente esto es producto del cambio de director y la edición final.
Las actuaciones no destacan ni molestan. Alden Ehrenreich cumple con imitar lo justo y necesario a Harrison Ford, entregando una evolución bastante verosímil. Woody Harrelson vuelve a actuar de sí mismo, como en Zombieland o Los juegos del hambre. Emilia Clarke sigue sin convencer cuando le quitan sus dragones. Y posiblemente la gran
sorpresa sea Donald Glover, quien le da vida a un Lando Calrissian lleno de encanto y carisma, haciendo olvidar por momentos al personaje de la trilogía original.
En resumen, la película tiene varios defectos, que los fans sabrán perdonar con el paso del tiempo y porque ella nos entrega algo hacia el final, una prueba de que el personaje que Lucas intentó quitarnos sigue presente, justo en el momento en que Han debe demostrar que ha evolucionado, cuando comprende que el amor no logró redimirlo a él ni a su amada, en ese instante se ve obligado a mostrar que ha aprendido las lecciones que su desencantado mentor le ha enseñado, sí, señoras, señores, androides de toda la galaxia, Han disparó primero!!!! EN TU CARA, LUCASFILM!!!!