Cada vez que se anuncia un juego basado en Dune, todos los fans contenemos la respiración. Es un universo tan rico y complejo que adaptarlo es una tarea titánica. Así que cuando Funcom dijo que estaban haciendo un MMO de supervivencia, la mezcla de hype y miedo era real. Pero seamos sinceros, Funcom no es nueva en esto; vienen de hacer cosas como Conan Exiles, así que si alguien sabe de supervivencia online, son ellos. Aun así, esto es Dune. La presión es enorme.
Olvídate de Paul Atreides, aquí el protagonista eres tú
Lo primero que hay que entender, y para mí es la decisión más inteligente que han tomado, es que esto no sigue la historia que ya conocemos. El juego parte de una pregunta: ¿y si Paul Atreides nunca hubiera nacido? Esto lo cambia todo. De repente, no hay un mesías elegido, no hay un camino predefinido. El futuro de Arrakis está en el aire, y ahí es donde entramos nosotros.
Somos un «Durmiente», un personaje anónimo que sobrevive a un accidente y se ve arrojado a las dunas. No somos héroes legendarios, somos supervivientes. Y en un juego multijugador masivo, eso es exactamente lo que quieres. Quieres que tu historia, tus decisiones y tus alianzas sean las que importen. La guerra entre los Atreides y los Harkonnen es el telón de fondo, pero el drama real lo vamos a crear los propios jugadores.
Sobrevivir es solo el principio
El comienzo es brutal, tal y como debería ser en Arrakis. Apareces con lo puesto, y tu primer enemigo no es un soldado Harkonnen, sino el sol abrasador. Tu obsesión será encontrar agua y conseguir un destiltraje que funcione. Es una lucha constante que te mete de lleno en la ambientación.
Y luego están los peligros del planeta. Las tormentas de arena no son solo un efecto visual, son eventos mortales que te obligan a buscar refugio. Y los gusanos… uff, sentir la vibración en la arena y saber que tienes que correr para no convertirte en su almuerzo genera una tensión increíble. Pero poco a poco, pasas de construir un refugio deprimente con cuatro palos a levantar una base fortificada. Empiezas a fabricar tus propias armas, tus vehículos… ver tu primer ornitóptero salir del taller tiene que ser una sensación espectacular.
Lo mejor es que tu personaje evoluciona. No solo se trata de tener mejor equipo, sino de aprender habilidades únicas. ¿Quieres susurrar órdenes que nadie pueda desobedecer como una Bene Gesserit? ¿O analizar el campo de batalla y a tus rivales con la frialdad de un Mentat? Esa personalización es lo que le dará una vida tremenda al juego.
La genialidad del «Doble Desierto»
Y aquí es donde Funcom, para mí, se saca un as de la manga que podría cambiar las reglas de los juegos de supervivencia. El mundo se divide en dos áreas:
- Las Tierras Interiores: Piensa en esto como tu «casa». Es un mapa enorme y permanente donde construyes tu base principal, te unes a tu gremio (o Casa), y socializas. Es tu zona segura.
- El Desierto Profundo: Aquí es donde está la acción de verdad. Es otro mapa, lleno de la especia más valiosa y los mayores peligros. Aquí es donde luchas contra otros jugadores por los recursos. ¿La clave? Este mapa se reinicia cada semana. Una gigantesca tormenta de Coriolis arrasa con todo, y la lucha por el control vuelve a empezar desde cero.
Esto es brillante porque evita el problema de casi todos los juegos de este tipo: que un clan mega poderoso conquiste todo y los nuevos jugadores no tengan ninguna oportunidad. Aquí, cada semana hay una nueva oportunidad, una nueva guerra. Mantiene el juego fresco, dinámico y brutalmente competitivo.
Una carta de amor a las películas de Villeneuve
Visualmente, el juego es una pasada. Se nota a la legua que es una carta de amor a las películas de Denis Villeneuve. El diseño de los trajes, de las naves, de los edificios… todo tiene esa estética tan reconocible y potente. Gracias a que usan Unreal Engine 5, el nivel de detalle es increíble. El desierto se siente vivo, con sus tormentas, sus ciclos de día y noche, y esos paisajes que te dejan sin aliento.
Y el sonido… es la guinda del pastel. Escuchar el «shhhwip» de un escudo personal o el rugido de un gusano a lo lejos te transporta directamente a las películas. La inmersión es total.
¿Se puede jugar solo? Sí, pero te perderás lo mejor
Seamos claros: Dune: Awakening es un MMO con todas las letras. Podrás jugar solo, seguir las misiones de la historia y explorar, pero te estarás perdiendo el corazón de la experiencia. La verdadera historia de Dune no estará en los textos de las misiones, sino en las traiciones entre gremios, en las alianzas inesperadas para derrocar a un enemigo común y en las batallas masivas por una cosechadora de especia.
Este juego va de política, de poder y de interacción humana en el entorno más hostil imaginable. Dune: Awakening tiene todos los ingredientes para no ser solo «otro juego de supervivencia», sino el simulador de Arrakis con el que muchos llevamos soñando décadas. Ahora solo queda esperar que la especia fluya como prometen.