Atrapante, claustrofóbica, una oscura atmosfera de tensión que se construye gota a gota.
Drácula: Mar de Sangre (o El último viaje del Démeter en España, fiel al título original) nos lleva a navegar a bordo de un barco maldito hacia un destino terrible. Para quienes disfrutamos del tópico vampiresco, la historia no es nueva y sin embargo consigue contar su versión a una manera descarnada. ¿Una película de terror de Drácula? Una escalofriante, he de decir.
Un capítulo es suficiente
El argumento se centra específicamente en un solo capítulo de la inmortal novela Drácula de Bram Stoker: la Bitácora del Capitán, y nos cuenta en perspectiva de la tripulación del Démeter el misterio y el tormento que enfrentaron en su viaje desde Bulgaria a Inglaterra transportando un misterioso cargamento.
Los detalles de la historia son bien conocidos popularmente, y comienza de hecho por el final: el Démeter encallando en las costas británicas sin sobrevivientes en una noche de tormenta. Es a través de las páginas de la bitácora que se conecta la historia, contada por el mismo Ser Davos Capitán Eliot.
El elenco es bien acotado, lo que permite a cada personaje destacar, ser reconocido y hasta querido antes de enfrentar su final inevitable, lo cual es crucial para que la historia no se convierta en un slasher horror de extras. Destaco personalmente a Liam Cunningham (Ser Davos Seaworth en Game of Thrones) interpretando al siempre prudente capitán Eliot en una manera que obliga a recordar al querido contrabandista, a Corey Hawkins (le vimos en The Walking Dead) con su impecable protagonismo como el médico Clemens que consigue alistarse como tripulante y al joven Woody Norman en los zapatos de Toby, el nieto del capitán.
Terror en altamar
La historia nos presenta una atmósfera que retrata crudamente la transición entre la ominosa superstición de siglos oscuros a la era de la razón y el progreso. Si bien hay avances en la medicina, armas de fuego y barcos a vapor, aún se necesitan lámparas de aceite para iluminar y este barco navega con velas. Quién pensaría que una galera de finales del siglo XIX resultaría un excelente escenario para una historia de terror.
Tanto en lo visual como en lo sonoro se despliega un increíblemente detallado escenario que induce claustrofobia y desesperación. Esos pasillos estrechos que tardan una infinidad en ser recorridos, los amplios almacenes con demasiados puntos ciegos y la cubierta oscurecida por la niebla y la lluvia. Me recuerda a casas embrujadas o a la legendaria Alien.
Hay detalles que merecen una especial mención por su aporte en la construcción de escenas de terror como son la presencia de animales a bordo además del ganado, el perro Huckleberry y el joven Toby, el nieto del capitán. Por otra parte, elementos no para el terror sino para construir un trasfondo creíble y memorable son los códigos con los que la tripulación se comunica: una serie de golpes en las vigas de madera que hacen eco en toda la embarcación.
La música es evocadora, primero intimidante, luego escalofriante y súbitamente épica e inspiradora. Llegué a buscar el soundtrack para seguir alucinando.
Nuevas alas para el monstruo
La dirección del noruego André Øvredal (quien lleva a cuestas un amplio repertorio de películas de terror sobrenatural) capta una veta imprescindible del amo del terror: el ineludible miedo a un mal desconocido y la debilidad inherente de los mortales que son sus presas. El último viaje del Démeter le ha dado nuevas alas a Drácula (en más de un sentido) y pone en tela de juicio lo que conocemos sobre el legendario vampiro, sobre su historia y su terrible poder.
La catalogaré como una película de suspenso sobrenatural con tintes de terror gótico, específicamente. En más de una escena tiene lo impactante de una posesión demoniaca, así también mesuradas dosis de heroísmo arquetípico como requiere el género.
Muy en lo personal me hizo saltar del asiento a menudo, pero imagino que a un fanático del cine de terror difícilmente le haga mover las cejas. A fanáticos de historias de época, de fantasía oscura o específicamente de estilo naval, les va a encantar.